Soy apasionada por la música. No sé se esto se pasa con todos pero cuando la oigo es como se algo ocurriese dentro de mí. Todos mis sentidos se convierten a esas sensaciones y entonces me dejo llevar… ¡Y es maravilloso! ¡Cómo la música es sorprendente y encantadora! Pienso que la vida sin ella seria un poco más triste… Negro y blanco, lo creo.
Bueno, ciertamente que no me gustan todas las canciones del mundo… No, no, por supuesto que no. Me encantan aquellas que son alegres y cantan la vida, que tienen un ritmo que lleva el cuerpo y cuando percebemos ¡ya estamos a bailar! Pero también me gustas las más tranquilas, románticas, hechas para aquellos momentos más melancólicos o “pensativos”.
La realidad es que la música se añadió a mi vida de una forma tal que hoy es imposible arrancarla de ella… Como dicen, “somos uña y carne”. ¡Así que no hay más como luchar contra esto!
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