Llovía. Y el sonido de la lluvia que caía me hice desear quedarme un poco más en la cama. Habitualmente me levanto temprano, pero hoy he decidido no hacerlo. He querido permanecer en mi cuarto, ventanas cerradas, aprovechando de aquel momento de tranquilidad… Los días lluviosos aunque grises me traen calma.
Casi ocho horas…Un poco de café y algunas galletas hacen la mañana más nutritiva y, sin duda, más sabrosa… El doctor ya me ha dicho: “¡no debes comer galletas dulces!”, pero, hoy, he cerrado mis oídos a tantas indicaciones y prohibiciones… ¡Estaba segura de mis galletas de chocolate y nada me hizo cambiar de deseo!
¡Ah, cómo es bueno probar de la dulzura de la vida! El gusto del chocolate…Aún lo sentía en mi boca mientras el agua caía sobre mi cabeza en el baño. Afuera, el sol empezaba a mostrar su cara tímidamente…
He pensado, entonces… ¡Buen día para ir clube! Y lo he hecho. ¡Qué idea estupenda!Piscina, actividades al aire libre, conversas, risas… La diversión siguió sin prisa de acabar…
Por la tarde, he ido al centro comercial para ver algunas cosas “hogareñas” y he aprovechado para mirar la gente, las novedades en las tiendas y los libros. Después de mucho ir y venir, paré en una heladería ¡de “los dioses”! ¡Me he puesto como una chica en medio de tantas cosas deliciosas! Ah, Como dicen, ¡“yo he hecho la fiesta”!
Así que, satisfecha, he vuelto a casa “en las nubes”. Cansada, corrí al baño. ¿Como ellos son milagrosos, no? Me siento repuesta después que me ducho…Tanto que todavía me restó energía para pasar aquí, en el blog, y hablarles de este día que si pudiera no dejaría que se fuera… Pero… De toda manera, ya es tarde… Hora de esta jovencita señora descansar.
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